Desarrollan un instrumento que permite valorar el riesgo de violencia de género en varones

12 de agosto de 2022

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La violencia de género se ha transformado en una problemática actual y compleja que afecta la integridad física, psicológica y sexual de las personas que la sufren. Según diversas fuentes académicas citadas en la investigación realizada en Siglo 21, este fenómeno ha identificado a los varones como los actores principales en el ejercicio de comportamientos violentos en los vínculos familiares.

El instrumento desarrollado pretende medir la presencia de diversas creencias estereotipadas de género y cómo estas tienen un peso cultural que toman fuerza de verdad y justifica, de alguna manera, el ejercicio de la violencia por parte de los varones.

El inventario se realizó en base a una muestra conformada por 48 varones denunciados de entre 21 y 60 años que concurrieron al Centro Integral de Varones en situación de violencia, institución que pertenece al Ministerio de la Mujer de la Provincia de Córdoba. Estos no tenían presunción de patología psiquiátrica, habían sido denunciados por violencia por pareja o expareja, y poseían un nivel educativo primario completo a universitario completo.

“Desarrollamos este instrumento para aproximarnos a la presencia de distintas creencias estereotipadas de género presentes en los varones que ejercen violencia”, relata Belén Gauna, directora de la investigación y agrega que es importante diferenciar los pensamientos que se presentan en mayor medida, no es lo mismo pensar que “la mujer es más débil” a que “mi mujer o mi pareja me pertenecen” como sentido de propiedad. "El riesgo que determina una creencia sobre otra es crucial en la valoración del instrumento".

En cuanto al inventario, las afirmaciones fueron confeccionadas en base al propio discurso de los varones y para la medición de la prevalencia de las creencias estereotipadas se utilizó puntuación de escala tipo Likert. El instrumento es autoejecutable y en función del resultado se tendrá que prever un plan de acción adecuado para las realidades que se presentan.

Los resultados arrojados por esta investigación muestran un alto porcentaje de creencias estereotipadas en varones que ejercieron algún tipo de violencia sobre sus parejas o algún miembro de su familia. Es llamativo ver altos valores en los cuales la mujer es la culpable y responsable de los actos violentos de los hombres. Las principales creencias preestablecidas que justifican los actos violentos son aquellas que se refieren a que la mujer provoca las conductas violentas del varón o que las mujeres poseen un trastorno específico que conducen a magnificar y justificar los comportamientos del varón.

A esto también se suman las creencias religiosas, el consumo de sustancias como alcohol o drogas o como suposición de que es la forma de manejar los vínculos familiares es en base a la violencia, en menor medida.

“Es importante remarcar que en el marco de la investigación realizamos una aproximación a un nuevo concepto al que llamamos provisoriamente potencial machista que se determina por un conjunto de creencias que contiene, sostiene y reproduce un varón en relación a las mujeres y otros géneros, que culminan en el establecimiento de desigualdades y comportamientos violentos en la vida cotidiana”, aclara Gauna.

La idea de este instrumento es que tenga valor predictivo y terapéutico. Desde este punto de vista se ofrece un rico material para cumplimentar los dos objetivos fundamentales de una intervención con varones y su masculinidad hegemónica: valorar el riesgo de nuevas situaciones de violencia y planificar un dispositivo terapéutico específico para cada situación particular.

Actualmente se está llevando a cabo la segunda etapa de la investigación de corte cuantitativo en la que se pretende definir validez y confiabilidad del instrumento.

La investigadora relata cómo esta herramienta podría, además, aplicarse en distintos ámbitos, como por ejemplo las escuelas secundarias donde, si bien los varones no han cometido un acto violento, su educación está basada en creencias de género estereotipadas.

“En base a la puntuación que arroje se puede trabajar de manera individual o grupal y realizar un plan de abordaje para que no se reproduzcan las creencias, deconstruirlas y evitar que escalen a situaciones violentas. De todos modos, es importante tener en cuenta que la cantidad de varones jóvenes que son denunciados es mucha”, concluye la investigadora.