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7 de febrero de 2024

empresa familiar

Familiness - desafíos para las empresas familiares en el 2024 Por Martín Guezuraga Director de la Especialización en Gestión y Gobierno de Empresas Familiares

Tomás Bulat, destacado economista y periodista argentino, describía con notable claridad las crisis económicas recurrentes que experimenta Argentina cada determinada cantidad de años. El panorama no ha cambiado , lo que si se aceleró y acortó es el periodo de tiempo en el cual estas crisis se manifiestan con el consecuente impacto negativo en la capacidad de recuperación y crecimiento de nuestra economía.

Un claro ejemplo de ello es el indicador que refleja la densidad empresarial que tiene nuestro comparado con países como Brasil, Chile o México. Según la fundación Observatorio PyMe en base a datos del Banco Mundial, Argentina tiene 14 empresas cada 1000 habitantes, le sigue Brasil con 25 cada 1000 habitantes, México con 34 cada 1000 habitantes y Chile en el tope de esta serie contando 58 empresas cada 1000 habitantes.

Las empresas familiares representan una parte significativa de este entramado; En el caso de Argentina alcanzan el 80% y contribuyen con aproximadamente el 60% del PIB siendo innegable el impacto en territorio y en el entramado social en donde este tipo de empresas intervienen. Mientras la tasa de mortandad de empresas sea mayor que la tasa de nacimiento y apertura difícilmente podamos revertir este dato de la realidad.

Hacer empresa y emprender en familia es una constante que atraviesa generaciones en nuestras tierras, tanto en tiempos propicios como en tiempos no tan venturosos. Es legado de fundadores que atraviesa generaciones, está en el ADN familiar. Poner el foco desde el dato estadístico en la relevancia e impacto de las empresas familiares en nuestra economía se hace necesario ya que este tipo de empresas posee características que las hacen únicas para enfrentar escenarios complejos como los que estamos atravesando y los que se avizoran a lo largo de este 2024.

La empresa de familia tiene un valor intangible que la hace diferente de otro tipo de empresas y esto surge de la participación de la familia y sus interacciones con el negocio. Esto se conoce en el mundo académico como Familiness, término que acuñaron Habbershon y Williams para explicar esta singularidad y que podría traducirse como familiaridad o de otra forma, Familia + Habilidad.

Estos recursos intangibles que aporta la familia a la empresa y estas interacciones con el negocio, cuando se producen de manera virtuosa son fuente para el desarrollo de ventajas competitivas a través de valores compartidos, tales como el compromiso, el fomento de la acción de emprender de manera intergeneracional, la resiliencia, el cuidado de los vínculos y la generación de confianza, la estimulación del sentido de pertenencia, la flexibilidad estratégica y el enfoque a largo plazo buscando generar ganancias a corto plazo pero siempre apuntando a crear valor a futuro y su compromiso con la continuidad generacional.

Hacer empresa familiar, emprender, invertir, dar trabajo, impactar en territorio y en el entramado social de forma positiva, ser rentables y apostar a crecer es una parte muy importante de la ecuación si queremos revertir el indicador de cantidad de empresas cada mil habitantes y mejorar el tejido y entramado empresarial que permita una crecimiento y desarrollo de nuestra economía en los próximos años, pero claramente no alcanza ni es suficiente por sí misma. Un marco de políticas consistentes y sostenibles en el largo plazo que impliquen la no volubilidad en las reglas de juego son la otra parte de ecuación que termina de apalancar y expandir este ¨Familiness ¨ para lograr crecimiento y desarrollo en nuestro país para la generación actual y las venideras.

¿Será el 2024 el comienzo de este camino? La respuesta está flotando en el viento.