Las normas de género como obstáculo para las mujeres al elegir carreras vinculadas a la ciencia y la tecnología
3 de abril de 2023
La socialización es el proceso mediante el cual las personas incorporan la cultura, y esto les permite luego vivir en sociedad. En este aprendizaje de valores, ideas, creencias, normas e intereses, también se construyen los estereotipos de género, características asignadas a cada género y se asignan roles en cuanto al mismo, es decir, el comportamiento que se espera de cada uno. Por esta razón hablamos de una socialización diferencial de género.
Las normas sociales, que nos indican lo que podría considerarse aceptable y lo que se espera de cada género, son llamadas normas de género.
La incidencia de las normas de género en la elección de la carrera universitaria y de la profesión es un tema de gran actualidad. Se ha abordado desde distintas disciplinas en las ciencias sociales y también tiene presencia en el discurso público y político en diversas partes del mundo. Las diferentes investigaciones coinciden en que las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, (llamadas STEM por sus siglas en inglés), generalmente son mejores pagas y tienen una participación predominantemente masculina. Por otro lado, las de humanidades y aquellas vinculadas al cuidado tienen mayor participación femenina según datos que corrobora el Observatorio Demográfico de América Latina y el Caribe. Lo que genera una marcada desigualdad en las oportunidades laborales y consecuentemente en los ingresos de hombres y mujeres.
Según datos relevados por la Unesco en 2019, solo el 30% de la población femenina en la educación superior a nivel mundial elige disciplinas STEM. La matrícula de estudiantes femeninas es especialmente baja en tecnología, información y comunicaciones (3%). En Argentina, las mujeres son mayoría en las universidades: constituyen el 58% de la población estudiantil. Sin embargo, representan tan solo un tercio de la población de estudiantes de carreras de ciencia y técnica.
Las propuestas teóricas para explicar esta desigual distribución en la participación de las mujeres en estas carreras coinciden en identificar, antes de los obstáculos profesionales en sí, barreras educativas tanto en la formación primaria y secundaria como en la educación superior. Específicamente, en el trayecto superior las estudiantes enfrentan microdesigualdades, producto de sesgos de género que impactan en su confianza y en muchos casos provocan el abandono.
En Argentina existe un creciente interés en la problemática. En junio de 2020, se crea el Programa Nacional para la Igualdad de Géneros, en el marco del cual se han realizado una serie de diagnósticos sobre la situación de la mujer en disciplinas de ciencia y técnica. En ese contexto, el proyecto de investigación de Universidad Siglo 21 Normas y guiones de género en las carreras de Ciencias Informáticas y de la Computación de la Ciudad de Córdoba, tiene como objetivo general analizar las relaciones de género presentes en el campo universitario de las carreras STEM.
En la actualidad, Latinoamérica ha conseguido logros muy importantes en el acceso y conclusión de trayectorias formativas en educación superior, alcanzando niveles educativos significativamente mayores a las generaciones precedentes. La ciencia y la tecnología son los sectores más relevantes en la economía del conocimiento, no obstante, con menor participación femenina en el mundo, y en particular en la región.
Las disciplinas STEM son la base que sustenta la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. La educación en estas asignaturas puede proporcionar los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para crear sociedades inclusivas y sostenibles. De los compromisos asumidos por los Estados miembros, se destaca el ODS 4, sobre educación de calidad, inclusiva, equitativa que promueva el aprendizaje de todas las personas y el ODS 5, sobre igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas.
En nuestro país, en el año 2020, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación realizó un diagnóstico sobre la situación de las mujeres en la ciencia y tecnología donde se manifiestan las notables desigualdades de género en el sistema. Se observa el efecto tijeras: es decir, que las mujeres acceden en menor medida a las categorías más altas de la carrera de investigación; el techo de cristal, disparidad en términos de espacios de liderazgo y toma de decisiones entre varones y mujeres, y la segregación horizontal o por disciplina al menos en algunos campos del conocimiento.
En relación a este último aspecto, las mujeres están sub-representadas en las áreas de ingenierías y tecnologías y en las ciencias naturales y exactas; como contracara están sobrerrepresentadas en las áreas de ciencias sociales, humanidades, ciencias médicas y de la salud. En este marco, y considerando la importancia que tienen estas disciplinas en una economía de conocimiento, es fundamental comprender los obstáculos y las estrategias desarrolladas por las estudiantes mujeres en el ingreso y cursado de la carrera. Los resultados de esta investigación contribuirán a la generación de evidencia no solo de los factores que desaniman la elección y la permanencia en la carrera sino también sobre factores impulsores. Es fundamental la realización de estudios situados que se constituyan en una referencia sólida para generar políticas públicas para la igualdad de género en la educación.
Por Laura Bustamente
Mgter. y Dra. en Ciencias Sociales
Docente e Investigadora de Universidad Siglo 21
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